Conferencia de Berlín











Representación de la época publicada en Die Gartenlaube


La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 16 de noviembre de 1884 y el 27 de febrero de 1885 en la ciudad de Berlín (Imperio alemán), fue convocada por Francia y el Reino Unido[1]​ y organizada por el Canciller de Alemania, Otto von Bismarck, con el fin de solventar los problemas que implicaba la expansión colonial en África y resolver su repartición.


Tras la Conferencia, toda África (excepto Liberia) fue repartida entre las potencias signatarias. Sin embargo, Abisinia (hoy Etiopía), cuyo control había sido adjudicado a Italia, resistió a la invasión y permaneció independiente. Liberia, por su parte, era una antigua colonia estadounidense que había logrado la independencia en 1847, y que no fue sometida a nueva colonización.




Índice






  • 1 Contexto


  • 2 Participantes


  • 3 Acuerdos


  • 4 Consecuencias


  • 5 Véase también


  • 6 Referencias


  • 7 Enlaces externos





Contexto



El viaje de exploración de Henry Morton Stanley, entre 1874 y 1877, de la cuenca del río Congo, financiado conjuntamente por el periódico británico Daily Telegraph y el estadounidense New York Herald, determinó que prácticamente todo el territorio de África fuese conocido y cartografiado detalladamente por los europeos, con lo cual no quedaron ya zonas sin explorar en territorio africano. Como resultado, el interés de los países europeos en África aumentó considerablemente, donde el nacionalismo y el imperialismo influyeron para que diversos estados de Europa enviaran expediciones científicas y militares a territorio africano con el doble fin de conocer las posibilidades de explotación económica e instalar guarniciones y puestos comerciales que asegurasen su presencia y control efectivo antes que otros competidores.


Después de este viaje, Leopoldo II de Bélgica,cumpliendo su deseo de apropiarse de las tierras en beneficio propio, contrató a Stanley para introducir la civilización occidental y la religión en la zona, y Stanley regresó al Congo por mandato del rey para negociar con los jefes tribales la obtención de concesiones de terrenos.


Leopoldo había formado la Asociación Internacional del Congo para explotar las riquezas de la cuenca de ese río, aunque manteniendo dicho territorio en forma de propiedad privada y sin que dicha zona se transformara aún en posesión de Bélgica. Si bien esta Sociedad controlaba la desembocadura del río Congo, Reino Unido y Portugal deseaban evitar que esta área de control se extendiese. Por su parte, Francia había logrado en 1881 tomar posesión de Túnez, y en ese mismo año una expedición francesa dirigida por Pierre de Brazza tomó posesión efectiva del Congo Occidental a orillas del océano Atlántico. Al año siguiente el Reino Unido asumió por completo el gobierno de Egipto (que estaba sujeto al Imperio otomano solo en la teoría) y consiguió así los derechos de soberanía egipcia sobre Sudán y el norte de Somalia. En 1884 Francia aseguró su posesión de la costa de Guinea, con lo cual resultaba evidente en Europa que la carrera por África debía ser regulada.



Participantes


A la Conferencia asistieron quince países (14 de Europa y los EE.UU.) que pueden ser divididos en dos grupos, el primero agruparía a aquellos países con interés directo en los problemas relativos al reparto de África, estaba formado por:



  • Imperio británico

  • Tercera República Francesa

  • Imperio alemán

  • Reino de Portugal

  • Asociación Internacional del Congo


  • Imperio neerlandés (en menor medida)


El segundo grupo formado por el resto de los países participantes que no tenían grandes intereses en el continente e incluía al:



  • Imperio austrohúngaro

  • Bélgica

  • Imperio colonial danés

  • Reino de Italia

  • Imperio español

  • Imperio ruso

  • Suecia-Noruega

  • Imperio otomano


  • Estados Unidos.


Ningún estado africano estaba representado.[1]



Acuerdos


El rey de Bélgica, Leopoldo II, convenció hábilmente a los gobiernos de Francia y de Alemania que para los intereses de ambos países era necesario asegurar el libre comercio en África. Portugal era un país demasiado débil para proteger un imperio africano demasiado vasto, por lo cual sugirió una conferencia internacional para solucionar posibles conflictos entre las potencias europeas. Catorce Estados fueron convocados: El Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro, Bélgica, Dinamarca, el Imperio otomano, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Reino de Italia, Países Bajos, Portugal, el Imperio ruso y Suecia. Los Estados Unidos no llegaron a participar efectivamente en la Conferencia, la cual fue dominada por las grandes potencias europeas que ya habían manifestado interés en África (Reino Unido, Alemania, Francia) y tenían poder suficiente para establecerse allí.


En la Conferencia se proclamó la libre navegación marítima y fluvial por los ríos Congo y Níger, se estableció la libertad de comercio en el centro del continente africano formado por la cuenca del río Congo, se acordó la prohibición de la esclavitud, y se estableció el derecho a reclamar una porción de la costa africana solo si dicho territorio se ocupaba efectivamente y se comunicaba de este evento a otros estados.


Un elemento importante que fue pactado en la Conferencia fue reconocer como regla de Derecho Internacional el principio de uti possidetis iure, en tanto para que un estado europeo reclame derechos de soberanía sobre un territorio africano debería de establecer previamente una real posesión sobre este. Para acreditar esta posesión era preciso que la potencia europea reclamante hubiese suscrito un tratado con la población local y ejerciera actos efectivos de administración, o que hubiera establecido una ocupación militar permanente que bastase para asegurar su posesión, adquiriendo también el derecho a la explotación económica permanente. El objetivo era evitar que las naciones europeas reclamasen derechos sobre un territorio donde no tuviesen presencia alguna, lo cual generó una competencia desenfrenada de misiones comerciales, diplomáticas y militares enviadas por países europeos con el fin de tomar a la brevedad la mayor cantidad posible de territorio africano.


Los acuerdos fueron:
-Cada potencia impondría sus propias formas de administración.
-Se plantearon algunas obligaciones las regiones; entre otras, estaban: garantizar la paz en las poblaciones, elevando el nivel de vida de los habitantes y mejorando las vías de comunicación, para asegurar el flujo comercial.
-Se garantizó la libertad de navegación por los ríos Níger y Congo.
-Se adoptó la doctrina de que todos los territorios pertenecían a aquellos que los ocuparan primero desde la costa, para penetrar por ellos hacia el interior.
-Quedó prohibido apoderarse de las regiones por el solo hecho de descubrirlas o explotarlas.



Consecuencias




Reparto del continente en 1914


Se empezó de manera formal el Reparto de África.


El proceso de colonización se realizó siguiendo las grandes vías fluviales, como los territorios del Níger, que fueron explorados entre los años 1788 y 1830; la cuenca del Nilo y la región de los Grandes Lagos Africanos, entre 1854 y 1859; el Zambeze, entre 1841 y 1884, fecha en la cual Frederick Stanley Arnot localizó su cuenca.[2]


La exploración del río Congo motivó las rivalidades entre varios países, por lo que el canciller Bismarck actuó como árbitro en la Conferencia. Uno de los acuerdos fue reconocer la existencia del Estado Libre del Congo (actualmente República Democrática del Congo), bajo soberanía de la Asociación Internacional del Congo y propiedad privada del rey de los belgas Leopoldo II, y de un Congo francés, ambos con salida al mar por el océano Atlántico.


Así, la costa mediterránea africana quedó en manos de Francia y el Reino Unido; la costa oriental se dividió entre los alemanes al sur y los británicos al norte; y la costa occidental quedó en poder de los belgas, franceses y británicos. Los españoles se hicieron con el Sáhara Occidental, Guinea Ecuatorial y algunas zonas de Marruecos; los italianos consiguieron Somalia y los portugueses extendieron o afianzaron su control sobre Angola, Cabo Verde y Guinea-Bisáu, Santo Tomé y Príncipe y Mozambique, mientras los alemanes obtienen Namibia. Sin embargo, pronto estallaron conflictos entre los países europeos por la posesión de las zonas más estratégicas o más ricas, como en el caso de Túnez, Egipto y Marruecos, enfrentando a Italia con Francia, luego al Reino Unido y Francia (incidente de Fachoda), y luego a Alemania contra británicos, franceses y españoles. También hubo incidentes que no se resolvieron como Sagallo (colonia efímera de Rusia en África) en territorio de Francia.


La conferencia de Berlín está considerada por numerosos historiadores como el momento culminante que dio impulso al colonialismo exacerbado, iniciado por Francia y Reino Unido en todo el mundo desde fines del siglo XIX. Mientras tanto los conflictos que se pretendían solucionar con esta conferencia no hicieron sino agravarse en forma lenta pero continua, provocando unas tensiones territoriales, políticas y económicas entre las principales potencias europeas, que desembocarían en el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.



Véase también



  • Imperio británico

  • Imperio colonial francés

  • Imperio colonial alemán

  • Imperio colonial italiano

  • Imperio colonial belga

  • Imperio portugués

  • Imperio español

  • Nuevo Imperialismo

  • Reparto de África



Referencias




  1. ab Moreno García, Julia. La conferencia de Berlín. Cuadernos Historia 16. ISBN 84-85229-77-0. 


  2. Keir Howard, J. (en inglés) Ficha biográfica. Dictionary of African Christian Biography. Consultado el 1 de mayo de 2018.



Enlaces externos


  • Acta general de la Conferencia de Berlín



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