Monogamia








La monogamia (del griego mónos, ‘uno’, y gamos, ‘unión’), en el mundo animal, se refiere a la relación de la pareja que mantiene un vínculo sexual exclusivo durante el período de reproducción y crianza (de las crías). En los humanos, la monogamia es un modelo de relaciones afectivo-sexuales basado en un ideal de exclusividad sexual por un periodo de tiempo indefinido entre dos personas unidas por un vínculo sancionado por el matrimonio, por la ley o por el derecho consuetudinario. Al practicante o creyente en este modelo de relación se le llama monógamo.


A diferencia de la monogamia, existen otros modelos de relaciones que posibilitan vincular afectiva y sexualmente a más de dos personas a la vez, como la poligamia (sea poliándrica o poligínica), poliamor, entre otras.




Índice






  • 1 Monogamia seriada


  • 2 Antecedentes biológicos y antropológicos


  • 3 La monogamia en los seres humanos


    • 3.1 Expansión de la monogamia


    • 3.2 Origen social de la monogamia


    • 3.3 Crítica de la monogamia


      • 3.3.1 Divorcio y separación


      • 3.3.2 Menor compromiso


      • 3.3.3 Infidelidad


      • 3.3.4 Exclusión


      • 3.3.5 La monogamia es una construcción social




    • 3.4 Contracrítica


      • 3.4.1 Sanidad sexual






  • 4 Véase también


  • 5 Referencias


  • 6 Bibliografía


  • 7 Enlaces externos





Monogamia seriada


La monogamia seriada se refiere a la práctica de restringir el contacto sexual o amoroso a una sola persona, por un tiempo limitado, después de lo cual se termina la relación para empezar alguna otra. Aunque se entiende que nunca hay más de una pareja al mismo tiempo, en la práctica, suele haber un período de traslape con la nueva pareja, pero también suelen existir períodos sin relación o de soltería. Dentro de la cultura occidental, esta forma de monogamia es más prevaleciente que la monogamia estricta, donde se tiene o se aspira a tener una sola pareja para toda la vida.[cita requerida]



Antecedentes biológicos y antropológicos


Según Barash,[1]​ existe abundante evidencia biológica, primatológica y antropológica que muestra, por mucho, que los humanos han sido propensos a tener múltiples compañeros sexuales, y por otro lado, parece no existir evidencia para mostrar que la monogamia sea algo natural o normal en el ser humano.


Según Páez,[2]​ de la comunidad mamífera, solo un 3% es monógama. Ejemplos de mamíferos monógamos son: las orcas, algunos roedores. Ejemplos de aves monógamas son: los pingüinos, los cuervos, los loros y las águilas.


Las cinco reglas que constituyen la monogamia (por Páez, 2006):[2]



  1. Cohabitación de macho y hembra y asociación selectiva de la pareja a largo plazo en períodos de crianza o no;

  2. Agresión hacia miembros no familiares de la especie;

  3. Atención intensa a la cría;

  4. Procesos de reproducción regulados a nivel social;

  5. Prevención del incesto de los individuos adultos.


En un estudio que realiza el antropólogo Ford junto con el psicólogo Beach,[3]​ en 185 sociedades humanas encuentra que menos del 16% restringen sus miembros a la monogamia, pero solamente 5% desaprueban sexo extramarital.


En otro estudio de estructura social que abarca 238 diferentes sociedades humanas en todo el planeta, Murdoch[4]​ encontró matrimonio monógamo en solo 43 de ellas; esto es, un porcentaje similar de alrededor del 16%.


Un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos,[5]​ publicado en la revista Nature, revela que el tipo de relación que sostienen dos tipos distintos de ratones (de pradera y de pantano) depende exclusivamente de un gen, encargado de codificar la proteína que tiene por nombre receptor de vasopresina. La proteína antemencionada trabaja en el paladium ventral, región cerebral que regula la sensación de premio, e íntimamente relacionada con la memoria.


Un virus, procesado genéticamente para expresar el mencionado gen, fue inyectado en el cerebro de ratones de pantano, conocidos por sus conductas polígamas. Sorprendentemente su conducta cambio radicalmente al volverse monógamos.


Como en otros casos, se podrían extrapolar resultados al ser humano; pero los artífices del experimento afirman, "esta investigación podría dar una orientación para explicar por qué algunos seres humanos no se comportan igual que otros en sus relaciones de pareja", sin asegurar nada.



La monogamia en los seres humanos



Expansión de la monogamia


La culturización que impuso la expansión europea expandió la monogamia a todas las colonias, y de ahí al mundo occidental hasta la actualidad. La tradición del matrimonio y la idea de relaciones monógamas están ampliamente enraizadas en la sociedad occidental, especialmente en las esferas de la tradición judeocristiana que lo considera la única manera natural y moral de sexualidad, pero también en la esfera política y social por sus leyes y normas. Se considera engaño cualquier otra relación sexual o romántica fuera del vínculo de la pareja, aun cuando sea un mero coqueteo.[cita requerida]


La sociedad occidental establece como forma aceptable y deseable de relación humana la monogamia, bajo un paradigma basado en el amor romántico que en la actualidad domina el pensamiento planetario. En una forma inconsciente, las personas buscan afanosamente establecerse dentro de algún vínculo de pareja, pues admiten que la relación es factible sólo entre dos personas. Hoy en día se incluye en dichas personas, a todas las preferencias sexuales. Su alto sentido de posesividad otorga seguridad pero también sometimiento, y encuentra su contraparte, en la inseguridad y el celo.[cita requerida]


Sin embargo, esta tendencia monógama parece alejada de la naturaleza biológica y de las manifestaciones antropológicas que hemos señalado las cuales por el contrario muestran una tendencia, en gran medida, distinta a la monogamia.[cita requerida]


A pesar de la expansión de la cultura occidental, en la tradición musulmana y en ciertos grupos étnicos adeptos a la poliginia o poliandria, se han logrado mantener su cultura de relación hasta nuestros días y hasta cierto punto. En unos casos, incrementando la poligamia por despoblación ante problemas de guerra y desastres naturales, y en otros reduciendo sus integrantes a la pareja, por factores globales de economía y sobrepoblación.[cita requerida]



Origen social de la monogamia


A lo largo de la historia y según la cultura la sexualidad ha transformado sus prácticas. Existen dos teorías sobre la sexualidad natural humana. La clásica afirma que los humanos nos emparejamos pero mantenemos una estrategia mixta: una pareja de larga duración en la que se concentra el grueso del esfuerzo reproductivo y enlaces esporádicos tanto por parte del hombre como la mujer. A esta teoría clásica se enfrenta la propuesta por Christopher Ryan y Cacilda Jethá en su obra Sex at Dawn. En ella afirman que la teoría clásica es incompatible con muchos hechos o que la interpretación que se hace de los mismos no soporta el escrutinio. Así mismo, afirman que una sexualidad de muchos hombres-muchas mujeres fue la práctica más habitual en las sociedades de cazadores-recolectores, así como lo es también en bonobos y chimpancés.























































































Hecho
Teoría Clásica
Teoría Ryan-Jethá
Infidelidad universal en matrimonios
Estrategia mixta de reproducción
Tendencia natural a la variedad sexual
Orgasmo de la mujer lento respecto al hombre

pero con capacida de repetirse varias veces en


un encuentro


El orgasmo en la mujer se considera

algo accidental, como los pezones en el hombre


El hombre tiene un orgasmo rápido para dar paso

al siguiente hombre. Sería normal en un encuentro


sexual que varios hombres copularan con la misma


mujer sin enfrentamiento ni violencia entre ellos ni con ella


Forma del pene que evacua eyaculaciones

anteriores de la vagina


Protección contra infidelidad ocasional
Parte fundamental en la competición seminal por

la reproducción, en vez de la competición entre individuos


Testículos externos al cuerpo
Mejora de la producción de esperma
Disponibilidad de esperma para sexo esporádico
Dimorfismo sexual: hombre 20% mayor

que la mujer


Leve tendencia a la poligamia
Igual dimorfismo que en bonobos y chimpancés. Los gibones

que son monogámos perfectos no tienen dimorfismo. Las


especies con poligamia como los orangutanes presentan


dimorfismos mucho mayores al 20%


Composición del esperma: principio de la

eyaculación contiene agentes protectores, el


final contiene espermicida


Protección contra infidelidad ocasional
Parte fundamental en la competición seminal. Los hombres

compiten por la fecundación en la vagina a través de su semen


Acidificación de la vagina para matar esperma
Protección contra violaciones
Parte fundamental en la competición seminal. La mujer elige

de forma velada -e inconsciente- qué semen podrá fecundarla


Ovulación oculta
Mecanismo para mantener al hombre cerca

de la mujer todo el tiempo para evitar el


acceso de otros hombres


Cuestiona que realmente sea tan oculta cuando los hombres

muestran preferencia por mujeres ovulantes en diversos estudios


Celos
Mecanismo para evitar que el hombre provea

con bienes y servicios a otra mujer. Así como


para evitar que la mujer alumbre hijos de otro


hombre. Es decir: protege que la descendencia


esté genéticamente enlazada con la pareja


La considera cultural y relacionada con las emociones de

inseguridad y miedo. En sociedades modernas de cazadores


recolectores no se observan celos relativos al sexo. Al contrario


hay documentadas muchas costumbres de compartir pareja


con invitados y de considerarse descortés rechazar una


propuesta sexual.


Apunta como fallo de la teoría estándar que si la componente


genética fuera lo importante, los celos por la infidelidad de la


pareja con un hermano deberían ser menores o inexistentes y


eso no ocurre.


Monogamia univeral
Afirma que todas las sociedades la practican
Afirma que las sociedades de cazadores recolectores modernas

que existen en la actualidad no practican en ningún caso la


monogamía. Así mismo, las crónicas de los exploradores


europeos indican que las antiguas sociedades de cazadores-


recolectores que encontraron tampoco eran monógamas


Violencia en chimpancés
Forma parte de nuestra naturaleza
Afirma que las famosas guerras entre chimpancés y disputas

internas en el grupo eran propiciadas por los investigadores


al introducir alimento barato y concentrado: cajas con plátanos


servidas en cierto lugar y hora. Afirma que en chimpancés


salvajes sin intervención humana la violencia es mucho menor


Posición frente al bonobo
Ignora la relación entre los humanos y los bonobos
Los bonobos y los chimpancés tienen exactamente el mismo

parentesco con los humanos. No hay uno más cercano a los


humanos que a otro. Por tanto ignorar a los bonobos, cuya


sexualidad es abundante y no es monógama es un error


Importancia de la paternidad
Los hombres dan mucha importancia a ser el

auténtico padre de su hijo


Los hombres de sociedades de cazadores-recolectores creen

en una paternida diluida entre todos. Mitos como que una


mujer debe copular con hombres altos, listos, rápidos, etc. para


recibir las ventajas de todos en un mismo embarazo son comunes


Hipergamia
La mujer prefiere hombres con mayores recursos

materiales como parejas


En sociedades de cazadores recolectores la mujer y el hombre

viven en una profunda igualdad y tienen acceso ilimitado a los


recursos. La mujer no necesita de un hombre como


intermediario para acceder a alimentos y otros recursos.


Alto número de coitos por hijo concebido
El sexo sirve para mantener la relación de la

pareja y no sólo para reproducirse


En las especies animales monógamas o poligámicas el número

de coitos por cría es muy bajo (decenas) mientras que en


humanos el número es tan alto (500-1000) que no encaja.


La función del sexo sería mantener la paz y la cohesión en


el grupo humano y no sólo la reproducción



Con la aparición de la agricultura y la ganadería aparece también la propiedad privada, la cual transforma la sexualidad en prácticas monógamas, forma que garantiza la continuidad del patrimonio familiar.


Así, con el surgimiento de la familia patriarcal la sexualidad tiene un doble significado: como fin reproductivo, aceptada socialmente dentro del matrimonio, o como fuente de placer solo para los hombres.Con la llegada del judaísmo continua la transformación. El Antiguo Testamento regula las conductas sexuales “apropiadas”. El matrimonio tenía como finalidad la descendencia, de manera que los hombres podían casarse con varias mujeres (recordemos el ejemplo del Rey Salomón, que supuestamente tuvo 700 mujeres y 300 concubinas), pero si las mujeres mantenían relaciones con otros hombres que no fueran sus maridos podían ser apedreadas.
En la cultura egipcia el incesto estaba permitido y la circuncisión formaba parte del ritual de iniciación a la adolescencia.
En Grecia se toleraba la homosexualidad entre hombres adultos y adolescentes, y por el contrario se valoraba a las mujeres como una “gyne”, es decir, “portadoras de hijos”.


En la Edad Media, la Iglesia consolida su poder, de lo cual se deriva que la teología se equipare a la ley civil. Así, la Iglesia refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco .
Las transformaciones continúan hasta nuestros tiempos. Los hechos mencionados son solo breves ejemplos de la variabilidad de concepción de la monogamia y la sexualidad a lo largo de la historia humana. Así, entendemos que la monogamia no es una práctica “natural”, ni parte de la biología humana, sino una construcción social la cual se ha ido transformando a partir de discursos hegemónicos.


Por otro lado, existen diferentes teorías que entienden la monogamia como una consecuencia del sistema social basado en la propiedad privada. En la prehistoria, en el momento en que se poseyeron bienes individuales (agricultura, ganadería) existió la voluntad de traspasarlos como herencia, de manera que se quiso asegurar la descendencia, y fue entonces cuando apareció la monogamia.


Siguiendo la línea de estas teorías y acercando la mirada a la actualidad, la monogamia dentro del complejo familia-matrimonio no solo fomenta la propiedad privada sobre bienes materiales, sino que entiende a la pareja —a la personas— como propiedad. La exclusividad sexual y amorosa que se da dentro de la monogamia puede verse como un sentimiento de posesión hacia la otra persona.


Por otra parte, entender la monogamia como una construcción social la desnaturaliza y cuestiona la normalidad y normatividad de esta práctica. Otras formas de sexualidad se han dado a lo largo de la historia y se dan actualmente en nuestra cultura y en otras. La monogamia, en su momento fue la manera de reproducir el orden y las jerarquías sociales mediante la transmisión de valores a los hijos, y ahora es una manera de satisfacer afectiva y sexualmente dentro de unos marcos restrictivos y manteniendo el sentimiento de propiedad.[6]



Crítica de la monogamia



Divorcio y separación


Según diversas opiniones la institución tradicional del matrimonio monógamo se enfrenta a un creciente deterioro.[cita requerida] En varias encuestas muestran que el 75% de los casados según esta institución experimentan algún tipo de sufrimiento, lo cual puede relacionarse en parte con que más de la mitad de los matrimonios terminen en divorcio o separación y su lapso de duración promedio, a escala mundial, sea inferior a cuatro años. Por estas separaciones, las personas experimentan el continuo tránsito de una relación a otra (perfilando lo que se llama monogamia seriada). Los consecuentes divorcios o separaciones, van perfilando una sociedad que vive y busca relaciones monógamas pero, mientras llega la siguiente, o en su caso la primera, las personas se enfrentan a vivir sin pareja. Sin embargo, cabe señalar que la separación de la pareja es un fenómeno que existe por igual en otro tipo de relaciones.[cita requerida]



Menor compromiso


Las dificultades del divorcio y las separaciones han llevado a una menor voluntad de compromiso; a que algunas personas tengan una franca postura de rechazo a cualquier unión legalizada, y prefieran la unión libre, pero, incluso, acordando control natal obligatorio y manteniendo bienes y viviendas separadas. Se observan acuerdos temporales, renovables, e incluso corporativos.



Infidelidad


Otra dificultad que experimenta la monogamia es la infidelidad o el engaño, pues las relaciones sexuales y románticas fuera de la pareja estable superan en muchos estudios, a más del 50%, en proporciones ligeramente superior entre hombres y mujeres. En este sentido Freud afirmaba que “todos somos polígamos reprimidos”.



Exclusión


La noción de exclusividad en la monogamia lleva a tener que elegir sólo a una persona y a excluir a todos los posibles candidatos. Pero cuando el vínculo está formado, puede llegar a excluir al otro miembro de la pareja, por la elección de otra nueva, llevando a rupturas, en lo que se ha descrito como monogamia seriada. Así, algunas veces, buenos candidatos y parejas son abandonados por la elección excluyente que pretende encontrar alguien más atractivo o conveniente. Pero a su vez la pareja se excluye de otras parejas; así las parejas, los miembros y candidatos excluidos, y con ello también sus hijos, muestran una sociedad muy fragmentada.



La monogamia es una construcción social


Desde las perspectivas construccionistas, la monogamia se entiende como un hecho social y cultural, es decir, una realidad construida a partir de los discursos generados dentro de un sistema político, económico y social determinado. De esto se desprende la desnaturalización de la monogamia, el romper con las teorías biológicas que determinan la monogamia como parte de la genética humana y que consideran imposible (o no conveniente) la existencia de otras prácticas sexuales y afectivas diferentes a la monogamia.


Entender la monogamia como una construcción social permite la aceptación de otros tipos de relación y evita la criminalización de otras prácticas como podría ser el poliamor, la poligamia u otros tipos de relaciones afectivo-sexuales libres que no están definidas, pero que sin tener nombre existen.[7]



Contracrítica



Sanidad sexual


Los defensores de la monogamia sostienen que es una forma que permite mayor sanidad sexual, en referencia a las infecciones de transmisión sexual.



Véase también



  • Monogamia obligatoria

  • Poliamor

  • Swinger



Referencias




  1. Barash P., David and Lipton, Judith E. The Myth of Monogamy: Fidelity and Infidelity in Animals and People. 2001. New York. Henry Holt and Company LLC.


  2. ab P. Barash, David; E. Lipton, Judith, 2003. El mito de la monogamia; la fidelidad y la infidelidad en los animales y en las personas. Madrid, Ed. Siglo XXI de España Editores, S.A. 377 p.


  3. Ford, C.S.; Beach, F. 1951. Patterns of Sexual Behaviour. New York. Harper & Row


  4. Murdoch, G.P. 1949. Social Structures. London. Macmillan


  5. MIRANDA M. LIM, ZUOXIN WANG, DANIEL E. OLAZÁBAL, XIANGHUI REN, ERNEST F. TERWILLIGER3 & LARRY J. YOUNG. 2004. "Enhanced partner preference in a promiscuous species by manipulating the expression of a single gene". Nature 429, 754 – 757; doi:10.1038/nature02539


  6. VERA-GAMBOAR, L. 1998. Historia de la sexualidad, Rev Biomed (1998), 9, 116-121


  7. Fonamentant les bases d’una lluita anticapitalista contra la cultura monògama



Bibliografía



  • BARASH, DAVID,P.;LIPTON, JUDITH,E. 2003. El mito de la monogamia; la fidelidad y la infidelidad en los animales y en las personas. Madrid, Ed. Siglo XXI de España Editores, S.A. 377 p.

  • VERA-GAMBOAR, L. 1998. Historia de la sexualidad, Rev Biomed (1998), 9, 116-121.



Enlaces externos


  • La monogamia no es natural, Redes.



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